Familia la base de la sociedad

¿Decisión o requisito?

Recuerdo que en algún momento de mis estudios entre la primaria y secundaria me explicaron en alguna materia (la cual realmente no puedo recordar cual era) que la familia era el núcleo de la sociedad. Recuerdo incluso haber memorizado eso para algún examen, y sin embargo nunca comprendí lo profundo de esa afirmación hasta ahora.

Mientras fui hija de familia no me di cuenta de la importancia y magnitud de esta afirmación. Principalmente porque como hija daba todo por sentado. En mi entendimiento, mis padres eran mis proveedores y por tanto tenían que darme todo lo que necesitaba, me lo mereciera o no.

Cuando me convertí en adulto, me di cuenta de que la vida tenía muchas curvas, altibajos, decisiones que tomar y para nada era como cuando yo era pequeña. Donde todo lo que necesitaba estaba cubierto y solo tenía que pedir y a veces negociar para que me lo dieran. Estoy segura que para mis padres no fue muy diferente, a como lo ha sido para mí ahora.

Antes de tomar conciencia de esto, tenía mucho resentimiento hacia ellos, y pensaba que realmente hay personas que no deberían ser padres bajo ninguna circunstancia. De hecho, creía firmemente que debían hacer estudios psicológicos a todas las personas que quisieran ser padres, porque pensaba que los desastres emocionales de los seres humanos se gestaban en el núcleo de la sociedad… es decir, en la familia principal, o sea, mamá y papá. Hasta que comprendí que en la vida no hay accidentes y cada uno recibe lo que necesita para evolucionar.

Ahora entiendo que mis padres fueron mis mejores maestros. Ellos me confrontaron con todo lo que despreciaba, me hacían cuestionarme todo lo que hacían que me involucrara. Y mis reacciones por un tiempo fueron de rebelde sin causa. Admito que yo solo quería llevarles la contraria.

Sin embargo, gracias a su decisión de tenerme, hoy estoy aquí y puedo escribir sobre la importancia de la familia.

La familia para mi es el núcleo de mi personalidad y mis gustos por la vida. Su influencia ha estado conmigo siempre, incluso estando tan lejos de mi país natal.

Gracias a mi familia aprendí lo que considero la base de mi ser. Mi estructura de pensamiento, mis creencias profundas, mis valores. Y gracias también a ellos, pude descubrir lo que no me gusta y lo que sí. Lo que quiero para mi vida y lo que mejor no.

Mis padres me enseñaron prácticamente todo lo que necesito para sobrevivir en este mundo. Me ensañaron a ir al baño sola, a rezar antes de dormir, a cepillarme los dientes, a bañarme bien. Me enseñaron a mantener mi cuarto ordenado, mi cama hecha. A cocinar, a lavar los trastes, a ir al supermercado. En general, a cuidar de mí y de los demás.

Ellos no tuvieron inteligencia emocional, no tenían idea de lo que estaban haciendo. Pero siempre dieron y han dado lo mejor de ellos para sus hijos. Sin embargo, pienso que si una pareja decide tener hijos deberían conocerse por lo menos a sí mismos primero.

Quizás con ese conocimiento podríamos ver una sociedad más congruente, menos rencorosa y menos triste. Pero nuevamente, si la generación de los baby boomers y las anteriores a esas sobrevivieron, creo que las que vengan después de la generación X tendrán más posibilidades. Siempre que recuerden que todos los extremos son malos.

Yo comprendí que tener hijos, no es un requisito de la sociedad ni el siguiente paso a dar después del matrimonio. También comprendí que como padres nunca se debe esperar nada de los hijos a cambio.

Tener hijos es una responsabilidad y compromiso de por lo menos 25 años. En donde tienes que tener muy claro que por lo menos por 20 años tienes que estar dispuesto a sacrificar parte de lo que es importante para ti para apoyar a otra u otras personas.

Verás, un bebé simplemente no puede sobrevivir si le falta atención y cuidado. Un adolescente y un joven adulto, podrían sobrevivir sin guía ni amor, pero el resultado se verá en cómo vive su vida y como vive con los demás. Quizás sea más intolerante, agresivo o se deje llevar por la sociedad donde haya crecido.

Los futuros padres deben saber que al traer al mundo a un nuevo ser humano, deberán inculcar bases fuertes de valores para ayudarlo a convertirse en la mejor versión de sí mismo. Un ser humano funcional necesita recibir por lo menos por los primeros 10 años de su vida: amor, comprensión, reconocimiento, paciencia, diversión, apoyo e inspiración.

Un niño debe ser tratado como un niño, no como un adulto pequeñito. Se tiene que trabajar la paciencia y la tolerancia, pues así como los padres se vuelven espejos de los hijos, los hijos son espejos de los padres y van a llevarlos al punto de no retorno.

Si decides ser padre, recuerda que la vida de ese nuevo ser estará en tus manos hasta que se haga independiente y que su personalidad se formará de acuerdo a las creencias que le inculques y lo que le digas. Tus hijos te verán como un ejemplo e imitarán tu comportamiento. Por eso cuando somos adultos nos damos cuenta de que nos parecemos mucho a nuestros padres.

Aprende a ser paciente con tu hijo, a poner reglas que sean flexibles, a no alcahuetear comportamientos disfuncionales. Si te conoces a ti mismo puedes ser un mejor ejemplo. Salte del piloto automático de la sociedad y descúbrete antes de que decidas traer a un nuevo ser al mundo, así podrás entregar lo mejor de ti de una forma más funcional.

La clave del éxito para mí es aprender a amar en conciencia

¡Hasta la próxima!

Jany

4 Comentarios

  1. Tienes mucha razón en tus argumentos sobre la importancia de la familia como base de la sociedad, sin embargo cada familia es diferente y es una exploración y un descubrimiento, porque los padres no tenemos un manual bajo el brazo cuando parimos, así que estamos expuestos a cometer aciertos y errores, a veces de manera inconsciente, no por ello, debemos ser duramente criticados. Además no hay una receta familiar para aplicar a todos los hijos, porque la personalidad de cada uno es diferente y amerita una interacción padres-hijos totalmente distinta. Saludos

    1. Así es Mildred, cada hijo tiene una personalidad distinta y será una forma única de relacionarse con ellos. Mi argumento siempre es el mismo: si todos nos conociéramos más y entendiéramos lo que sentimos antes de actuar en función de ello, pienso que podríamos construir una sociedad mas sana. Sin embargo, cada Ser tiene su propio proceso y vivirá lo que le corresponda vivir de acuerdo a su nivel de conciencia.Un abrazo!

  2. January recibe un afectuoso saludo. Gracias por compartir de tu experiencia. Te recuerdo siempre como una niña muy seria y concentrada, ahora leer sobre ti me da una idea de tu madurez, de tu carácter , de tu dulzura y tu sensibilidad humana.
    Te comento que veo cómo muchos padres son abandonados, a los hijos no les importa mucho sus necesidades…,hay padres muriendo de mengua. Me gustaría leer tu opinión al respecto.

    1. Hola Josefina, no es un tema fácil de abordar el que los hijos abandonen a sus padres. Porque cada caso es único, tiene su propio contexto y cada quién tiene las mejores razones para ser como es y hacer lo que hace. Por ejemplo, la situación de Venezuela ha hecho que muchas familias se separen y a veces, no es porque no quieran ayudar si no porque tienen que cuidar de sí mismos primero, para después poder ayudar a los demás. Empezar de cero en otro lugar no es fácil, no siempre consigues trabajo y cuando consigues el dinero este se adapta a la economía del país. Conozco a muchos que sufren por no poder mandar dinero, porque no les alcanza y viven en condiciones que los padres ni se imaginan. Sin embargo, si asumo que están en el mismo país y simplemente dejan morir a sus padres, creo que los padres deben revisar que han sembrado en el corazón de sus hijos a lo largo de su vida.
      Yo he aprendido en mi propio proceso de desarrollo de conciencia que nadie puede abandonarnos, nadie te puede dejar, las personas se van y vienen y es un continuum infinito de cambios. Cada persona debe asumir la responsabilidad de su propia vida y hacer lo que le corresponda para cuidar de si mismo. Los hijos no pidieron venir al mundo, por ende los padres nunca deben esperar nada de sus hijos. Que una persona quiera ayudar y cuidar a otra (independientemente de sus lazos sanguíneos) tiene más que ver con su esencia, sus posibilidades, la compasión que sienten y sus creencias. Un abrazo

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