Antes de iniciar esta aventura del coaching, venía de una depresión de años que no entendía. Mi sentimiento era de frustración, nada me salía bien, mi autoestima estaba por los suelos, inseguro de mis acciones y peleado con el mundo pues me decía a mi mismo que no era justo todo lo que estaba viviendo. Al finalizar mis sesiones de coaching puedo decir que pude conocerme. Soy y me siento una persona diferente, el mundo sigue, el mundo puede o no cambiar...
Todo cambia para bien cuando nos damos cuenta de que la respuesta está dentro de nosotros mismos, desde ahí, desde el alma es que comienzan los milagros. Te convertiste en una amiga y confidente, espero aceptes mi amistad.