El Valor de Conocerte

A principio de este año, tomé un curso sobre Innovación. La finalidad de este curso para mí, era aprender a innovar. Tengo que admitir que estaba muy emocionada cuando me inscribí. Pero la verdad es que no tenía idea del impacto que produciría en mí.

El primer concepto que abordamos fue el que le dio vida a TODO el curso e hizo toda la diferencia para mí.

¡Heme aquí!, sentada en el salón de clases esperando que iniciara esta primera sesión; emocionada de incorporar nuevos conceptos a mi estructura mental. Sobre todo, porque mi cabeza es una fuente de ideas dispersas, de acuerdo a mí propio concepto. Pues resulta, que mi mayor problema es que tengo ideas cada segundo y aunque son muy atractivas nunca las ejecuto. La razón de no ejecutar es lo de menos. Porque sé que TODAS las posibles razones son simples excusas: flojera, miedo, falta de dinero, falta de tiempo, bla, bla, bla. Por eso la primera sesión fue ¡Mind blowing!

Esa primera sesión fue para mí como haberme iluminado. Si han seguido un poco mi trabajo, saben que practico y facilito el desarrollo de conciencia utilizando como base el modelo La Ley de Tus Razones. El cual, nos permite identificar las virtudes esenciales que traemos desarrolladas y las que tenemos que desarrollar.

Las virtudes que tenemos que desarrollar, son aquellas que nos generan muchos problemas y emociones negativas. Por eso, cuando el facilitador dijo durante la primera sesión que: “La disciplina es la única fuente de creatividad”. Yo casi me caí de la silla. ¡¿Cómo puede ser esto posible?!

Como dije hace dos párrafos, tengo muchas ideas, sólo que “no tienen estructura” de acuerdo mi percepción de mí. Pero la realidad es que mis ideas si tienen estructura, lo que yo no tengo es disciplina, esto no me enorgullece, no me malinterpretes. Pero escuchar esa frase se convirtió en un momento Eureka para mí. Verás, desde que descubrí mis virtudes a desarrollar detecte la disciplina como una en carencia. Pero no me apliqué a desarrollarla como otras, pensando que esta no la traía tan baja.

Comprender esto, hizo que me diera cuenta de que esta virtud es esencial para llevar mis ideas a la realidad. Pues, se necesita disciplina para realizar todo el trabajo que conlleva detectar si las ideas tienen una posibilidad o no. El facilitador continuó explicando que la creatividad no es un accidente, ni una ocurrencia. Es el resultado de un proceso inconsciente al que estamos expuestos todos los seres humanos. Este proceso se trata de ver cosas nuevas todos los días.

Ver cosas nuevas, hablar con personas desconocidas y salirnos de la rutina es una fuente inagotable de inspiración. Claro, esto es si realmente te aplicas en escuchar y ver de manera consciente. Saber esto le dio un giro inesperado a mi vida. Pues ahora , que todas mis virtudes a desarrollar son igual de importantes y qué acciones debo tomar para aterrizar mis ideas en la realidad.

Mira, la vida no se trata de solo sobrevivir, sino de crear lo que deseamos, pero necesitamos comprender como funciona el sistema llamado: vida en el planeta tierra.

Sé que estás acostumbrado/a a lo que te dijeron en casa y a todas las cosas que te dicen los medios, la cultura y la sociedad, pero échate un clavado en analizar la vida de las personas que han hecho una diferencia en el mundo que habitamos. Todos han tenido ideas, han roto los paradigmas y las estructuras “correctas” de la sociedad y han decidido hacer lo que sea necesario para que su idea se haga realidad. Es decir, todos han sido disciplinados.

Saber que nos limita y que nos da miedo, no tiene por qué ser un  proceso tortuoso de años en terapia tratando de resolver con la mente, las injusticias vividas en nuestra vida. Se trata de ser honestos con nosotros mismos, detectar nuestro patrón de conducta, sanar lo que pasó y está pasando mediante un proceso de comprensión y tomar las herramientas internas que tenemos con las dos manos y ponernos manos a la obra.

¿Fácil? Depende. Depende de que tan dispuestos estemos de ser honestos con nosotros mismos. Sin honestidad nunca habrá cambios.

En mi vida, he enfrentado muchos momentos en donde no quería ser honesta conmigo misma y tengo que admitir que viví las consecuencias en su máxima expresión. Sin embargo, pude salir adelante cuando me quité la máscara, me sinceré conmigo misma y dejé de jugar el juego impuesto por mis creencias. ¿Te digo un secreto?… el ego no es un aliado…

La pregunta ahora es: ¿Tú que quieres hacer?

Hasta la próxima,

Jany

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.