El Miedo

Al principio de los tiempos, cuando los seres humanos eran considerados primitivos y vivían en cuevas, su única motivación era la supervivencia y para ello utilizaban sus instintos primarios. Usaban la ira para atacar a su presa y el miedo para huir de su depredador.

Con el paso del tiempo, y a pesar de la evolución de nuestra especie, estas dos emociones se han mantenido vigentes y siguen siendo detonadores de acción. El diccionario de la Real Academia Española define el Miedo como una “sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario”.

Hace algunos años, comencé a estudiar la influencia del miedo en mi propio desarrollo personal y me di cuenta de que los Miedos más profundos que he experimentado a lo largo de mi vida han sido imaginarios. Yo pasaba largos períodos de tiempo imaginando situaciones que ponían en peligro a mí persona y/o a mis seres queridos y actuaba en consecuencia de ese miedo. Reaccionando de una manera compulsiva.

En varias ocasiones comencé a sentirme paranoica. Lo cual, me llevó a profundizar en mis emociones. Mediante, la auto observación consciente y el análisis profundo de las circunstancias de mi vida, pude identificar que mis miedos provenían de condicionamientos y estereotipos aprendidos en una “mala” experiencia.

Me tomó mucho tiempo llegar a la raíz de mis miedos, pues yo los asociaba a la experiencia reciente. Sin embargo, después de ser guiada durante un proceso terapéutico, descubrí que el origen de mi miedo no había sido la experiencia vivida que recordaba lúcidamente. Todo se gestó en mi infancia profunda, pero fue una experiencia extrema en mi vida adulta, la que hizo que aflorara la emoción.

Gracias al trabajo que he realizado en mí misma, me doy cuenta de que los seres humanos tenemos una configuración compleja, pero a la vez fascinante. Cada persona es única, perfecta y procesa la información de acuerdo a su consciencia. Sin embargo, existen mecanismos generales que podemos utilizar para contrarrestar los efectos de los miedos imaginarios. Aquí te comparto 3 que me han funcionado:

  • Pregúntate ¿Qué es lo peor que podría pasar si esto que piensas sucediera?
  • Si tuvieras que salir de esto, que es lo peor que te podría pasar, ¿Qué harías para no asustarte tanto y sentirte mejor?
  • A todas estas, ¿es este miedo real o imaginario?

El Miedo Imaginario, que se configuró en nuestro inconsciente puede ser el primer saboteador de nuestros sueños y deseos y nosotros podríamos estar culpando a las circunstancias, al gobierno, al vecino o al clima, de nuestros resultados negativos. Es por ello que necesitamos hacer consciencia de lo que pensamos y sentimos. Quitando el piloto automático y asumiendo nuestra responsabilidad.

Hasta la Próxima

Jany

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