Es difícil

Hace unos años, comencé lo que considero la más extraordinaria investigación. Comencé a investigar el Propósito de mi vida. Me motivé a investigar sobre este tema porque viví la más complicada y desagradable experiencia.
Mucho después comprendí que todo pasa para sacarnos del sueño en el que estamos sumidos y despertarnos a lo que realmente vinimos a hacer en esta existencia. Todas las experiencias, buenas, malas, agradables o desagradables son necesarias para nuestra evolución personal.
En el camino descubrí, que todos incluyéndome usamos una serie de argumentos, para justificar y explicar nuestra infeliz existencia.
Hoy quiero hablar sobre uno de los argumentos que más he escuchado y que he dicho muchas veces: Es difícil
Aunque este argumento puede resultar válido, realmente es un argumento que sirve para desalentarnos. Si piensas en la profundidad de esta frase te darás cuenta que realmente es una excusa para mantenernos exactamente donde nos encontramos. En todo caso, ¿Cómo puedes saber a ciencia cierta que lo que deseas hacer realmente es difícil?
Si eres honesto contigo mismo sobre lo que estás viviendo, te darás cuenta de que es más difícil mantenerte en esa situación. Por ejemplo si estas lidiando con una adicción, con baja autoestima, con sobrepeso, con el sentimiento de soledad o cualquier otro aspecto de tu vida que te produce sufrimiento. Si reflexionas un poco te darás cuenta de que te estás aferrando a un verdadero sufrimiento inútil. De hecho, es muy probable que sea igual de difícil quedarte en ese sufrimiento que hacer algo para erradicarlo.
Hace algunos años, me encontré lidiando con un terrible problema de autoestima, no tanto por mi aspecto físico sino por el concepto que tenía de mí y de lo que pensaba que los demás pensaban de mí. Este problema me llevaba a tener actitudes y vicios que realmente ponían en riesgo mi persona.
Para mantenerme con baja autoestima comía y bebía alcohol desproporcionadamente, lo que me llevaba al hospital seguido por un problema de colitis, gastritis o intoxicación. Mantener esta actitud era mucho más difícil ya que necesitaba tener el dinero para comer, beber, pagar las cuentas del hospital, y poder comprar los infinitos medicamentos que me recetaba el doc para controlar la enfermedad gastrointestinal. Además tenía que escuchar al doctor decirme: “ya sabes que esto jamás lo podrás curar, solo lo puedes controlar con la medicina”.
Viendo en retrospectiva, era mucho más difícil para mí seguir tomando estas medicinas y escuchar las recomendaciones frustrantes que me daba el doctor, que hacer el cambio que necesitaba hacer para curarme.
Por supuesto, que en su momento las recomendaciones del doc era lo que necesitaba y claro, aunque con miedo seguía todas sus recomendaciones. Hasta que comprendí que implicaba el mismo esfuerzo cambiar de actitud que mantenerme donde estaba. Cambiar mi actitud solo requería que no me excediera en la comida ni en la bebida.
Creer que algo es difícil, es solo eso, una creencia. Y pensar que hacer algo es difícil, sin haberlo intentado, es tan solo una excusa para no hacer lo que tienes que hacer.

Como concluyó un antiguo maestro Taoista: “Nada en este mundo es difícil para aquellos que han puesto su mente en hacerlo”.
Hasta la Próxima,
Jany

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