A Cualquier Edad es Preciso Tener un Propósito

Algunas personas, así como yo, se han preguntado ¿cuál es el propósito de la vida?, una pregunta tan profunda que normalmente inicia una aventura de maravillosos descubrimientos.

En cada etapa de nuestra vida, de una manera consciente o no, nos planteamos propósitos y nos movemos en función de ellos. Por ejemplo, cuando estamos en la primaria, el propósito es terminarla para entrar a la secundaria. En nuestra mente de niños, percibimos este cambio con emoción porque sabemos que estamos creciendo y sabemos que podemos hacer lo que queramos.

El propósito es un impulsador de movimiento, que nos mueve de donde estamos a dónde queremos ir.

Sin embargo, conforme vamos creciendo esta creencia de que podemos hacer lo que deseemos se va distorsionando y la ilusión va desapareciendo. Esto se debe a que vamos cayendo en el sueño, dormidos, actuando como autómatas influenciados por la cultura, sociedad y  la familia.

Como seres humanos, necesitamos descubrir nuestro propósito en cada etapa de nuestra vida y esta debe ir de la  mano de nuestra vocación. El tener un propósito claro y definido nos regresa la ilusión de vivir, nos mantiene despiertos y atentos a las señales de los cambios y de los pasos que debemos dar. Nos da motivación, esperanza y lo mejor de todo es que refuerza la confianza en nosotros mismos.

Todos estamos aquí para vivir con propósito pero cada quién debe hacer lo necesario para descubrirlo y ponerlo en práctica.

Descubrir nuestro propósito es un proceso que implica primero que nada el conocimiento de nosotros mismos, dejar de lado las influencias y creencias de los demás, soltar el miedo a la crítica y al rechazo.

Cuando llevamos a cabo el proceso, nos descubrimos a nosotros mismos y esto revela el para qué de nuestra existencia, éste, en consecuencia, nos permite descubrir nuestra vocación o nuestras vocaciones. Y este conocimiento a su vez, nos inspira a crear un plan de acción que podemos seguir para trabajar en función de lo que vinimos a hacer. Entonces nuestra vida se vuelve una infinita fuente de placer, y entonces, podemos eliminar de nuestras vidas todo el sufrimiento innecesario al que nos sometemos.

La vida es perfecta tal cual es, pero nuestra misión es encontrar nuestro propósito y vivir en función de el. Cuando haces lo que quieres y vives como quieres (sin hacerle daño a nadie) no hay motivo para sufrir. Esto no eliminará los problemas, pero estos estarán ahí simplemente para que los resuelvas.

Hasta la próxima

Jany

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